Friday, January 25, 2008

Las cartas sobre la mesa

Estamos ante la situación de relaciones internacionales más delicada de Colombia en muchos años. Luego de los incontables insultos de Chávez y sus secuaces contra Colombia, y de las declaraciones de apoyo a la guerrilla, por fin se pusieron las cartas sobre la mesa.

En estos momentos hay que ser claros y preguntar objetivamente: qué quiere Chávez? Plata? Poder? Anexarse a Colombia? Desestabilizar al gobierno colombiano? Todo lo anterior? Chávez se destapó, confirmó lo que es y quedó claro que quiere lograr en gran parte todo lo anterior y a través de las FARC. Igual Piedad Córdoba. Presionando para un despeje y utilizando a los secuestrados como mercancía para lograr un fin político y decir que lo que se hace es un trabajo humanitario no es solamente cínico, sino que el término adecuado para estos casos es maquiavélico.

Los sucesos de las últimas semanas no caben ni en la novela más absurda jamás escrita. Con la liberación de 2 secuestradas, las Farc y Chávez pensaron que iban a lograr una gran movida política favorable para ellos, pero les salió el tiro por la culata: ahora existe unidad en contra de Chávez, se demostró que no se necesita un despeje para liberar secuestrados, y la gente llegó a un punto de hastío y repudio contra las Farc.

La siguiente movida en este ajedrez le toca a Colombia, que ya está moviendo las fichas del caso y recibiendo apoyo internacional en contra de la guerrilla y Chávez. Cuál será la siguiente movida de Chávez? Seguro seguirá insultando a Colombia (ojo: cuando Chávez sale con su diarrea verbal, no lo hace en contra de Uribe, lo hace en contra de Colombia entera); seguirá hablando a favor de su camarada Marulanda; seguirá usando a los familiares de los secuestrados para su beneficio; tratará de presionar por todos los medios que tenga a su alcance, pagando políticos y periodistas colombianos (entre otros) para que se venda su agenda política aquí en Colombia y se haga su voluntad; y utilizará retaliaciones del tipo comercial además del político, con llamada de embajador a consulta y todo el circo del caso.

Las circunstancias actuales van mucho más allá de lo que parece. Qué tienen que ver realmente en todo esto de la guerrilla Chávez, Sarkozy, la plata del narcotráfico, la plata del tráfico de armas, el poder político? Nada es gratis y menos en política.

Como siempre las FARC no tienen nada que perder en materia de imagen, pues les importa nada lo que millones de colombianos piensan y sienten. Han hecho con nosotros lo que les ha dado la gana y les da igual, pues siempre existirán aquí y en otros continentes quienes por algún interés oculto apoyen la causa asesina de la guerrilla. La estrategia de la Farc es la misma que la de Reagan en los ochenta, cuando en plena guerra fría adoptó el papel de perro rabioso loco de remate, que sería capaz de cualquier cosa. Si se está loco se puede hacer lo que quiera y no importa, pues en esas condiciones no se es dueño de si mismo. Por eso el asesinato de los diputados a pesar de causar un repudio generalizado no afectó a la guerrilla ante los ojos de mucho, incluidos Chávez y cia.

Increíble que siendo los de las Farc los que secuestran, extorsionan, trafican, matan, y en resumen, van en contra de toda definición de la palabra humanitario, sean como un fantasma intocable. Al punto que hablar con las Farc es un imposible y la única salida sea volcarse contra el gobierno para pedir lo que sólo las Farc pueden hacer (dejar de extorsionar, secuestrar, asesinar, etc), condenando unilateralmente cual síndrome de Estocolmo colectivo.

Que sigue en este cuento de locura?
Esto es solo el comienzo, y lo que sigue es bueno:
- Chávez vuelve a meterse y vuelve a insultar a Colombia.
- El gobierno colombiano se defenderá, pero muchos dentro del país van a decir que no es la manera de responder, que tengamos calma, que le creamos a Chávez.
- Como la idea es llevar a la esquina a Colombia, habrá mucha presión desde varios frentes para que el gobierno ceda ante todas propuestas de las Farc y acepte lo que sea.
- Se necesitará el apoyo de todo el país, sin importar el partido político, religión, o lo que sea, para erradicar a las Farc. Pero aquí, será imposible: por ejemplo, ya salieron Gaviria y Borja atenuando los términos y sin una condena vertical y firme contra las Farc.
- Se pedirá a gritos una zona de despeje. Se otorgará, sólo para ver el mismo “show” de siempre, donde las Farc seguirán dilatando eternamente las negociaciones mientras continúan secuestrando y atendiendo el negocio de las drogas.
- El libreto de las Farc no cambiará y anunciarán que van a liberar a algunos “retenidos”; como siempre, no lo harán con carácter humanitario, sino para mantener sus macabras cuentas en equilibrio -o mejor, ganancia- de liberar a dos para secuestrar a seis la semana siguiente.

Este es un momento clave, el gobierno tiene que demostrar verdadero liderazgo y crear opciones, dejar de ser pasivo receptor de propuestas para ofrecer salidas de verdad. Y hay que analizar si realmente las Farc quieren la paz, si realmente se puede negociar con ellos, si en este mundo en que vivimos, en este país, es posible salirse de toda la retórica rancia que manejan los grupos terroristas y sus ciegos seguidores, y ver qué es lo que realmente queremos y cómo vamos a lograrlo. En esta vida, no en cien años.

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