Las liberaciones incógnitas

Sin el despliegue al que ya estamos acostumbrados, las Farc liberaron al sueco Ronald Larsson, el último extranjero que se encontraba secuestrado en Colombia. Después de todas las negociaciones del caso por parte del gobierno sueco y del colombiano, y de seguramente haber pagado como mínimo un porcentaje de los cinco millones de dólares que pedian los guerrilleros, terminaron los casi 2 años de cautiverio del sueco.

Mas allá de la noticia de que “en Colombia ya no hay extranjeros secuestrados”, es importante notar dos cosas principalmente: uno, el bajo perfil que se la ha dado a la noticia, restándole importancia y dejándola casi que enterrada en una esquina de los periodicos ; y dos, que se comprueba lo que siempre se ha dicho, que no es necesario montar todo un show mediatico patrocinado por Chavez a través de sus secuaces colombianos para garantizar la liberacion de secuestrados, por mas alto perfil o extranjeros que sean.

El hecho de que se le haya restado importancia a la noticia es importante en la medida en que se evidencia que se quieren evitar al maximo las explicaciones por parte de los gobiernos suecos y colombianos en lo referente a negociaciones, precios, etc., demostrando implícitamente que hay (o al menos hubo) comunicaciones y negociaciones de significante duración entre estos gobiernos y las Farc. No en vano o por capricho mueven las fichas el gobierno colombiano con, por ejemplo, la tan debatida liberación de alias Karina, o las Farc accediendo a la libertad de Larsson, dejando así limpio el dossier de los secuestrados internacionales para recobrar ese anhelado espacio internacional que tanto necesitan.

Y que las Farc hayan entregado a un extranjero, el último en su poder, sin los mediadores de siempre, sin su querido Chavez y Telesur, sin toda esa parafernalia rancia, demuestra inequivocamente que no hacen falta zonas de despeje ni grandes operaciones para liberar a alguien. Lo único indispensable es la voluntad, lo demás son distracciones.

Por ahora lo único que se sabe es que cada lado esta moviendo sus fichas en un partido de ajedrez que parece interminable y digno de un cuento de Borges.